En el artículo “Ancha
y Ajena es América Latina: sobre la literatura infantil en América Latina” la
autora Ana Garralón expone la dificultad con la que se encuentra América Latina
a la hora de difundir su propia literatura.
Según expone la autora de este artículo, los intentos que ha hecho España por expandir la literatura Latino Americana por la península han resultado tener poco éxito en la mayoría de las ocasiones. La explicación de este fenómeno nos la expone Ana Garralón en este artículo.
Para empezar, nos encontramos con la cuestión lingüística.
Una lengua hablada por 400 millones de personas en todo el mundo, nos coloca
frente a la realidad de que, en muchas ocasiones, los distintos significados
que pueda adquirir una palabra en los diferentes países de habla hispana,
pueden llegar a impedir la comprensión de una frase cotidiana y esto,
obviamente supone un freno en la expansión de su literatura.
Para continuar, aunque España comparte muchas tendencias con Latino América, resulta incauto hablar de una identidad común, por lo que, de nuevo, nos encontramos con una traba, esta vez de tipo identificativo, que resulta de gran importancia cuando el escritor busca el acercamiento a un público lector. Y más, si hablamos de literatura infantil, con la cual se pretende crear un conducto que impulse esta identidad “común”.
Ante estas dificultades para exportar su literatura a la península, muchos autores consideraron la idea de fomentar su lectura en su propio país. De este modo, comenzaron a aparecer editoriales que basaban su prestigio en la identidad propia, permitiendo a sus lectores un conocimiento más profundo y verdadero de su cultura. Sin embargo, esto constituía una ardua labor en la que se encontraron con muchas dificultades ideológicas y económicas que le “obligaban” finalmente a incluir traducciones en sus obras para abrirse al mundo global y con ello perder su encantador sabor local.
Además las dificultades de comunicación existentes
en Latino América, la dificultad de transporte, un IVA de un 16% y las altas
tasas aduaneras, convertían al libro en un artículo de lujo que hacía casi
imposible que el libro se pudiera difundir por el continente.
De este modo, nos encontramos ante el hecho de que
en Latino América siga siendo más económico importar libros directamente desde
España que difundir los suyos propios por el continente, y, por supuesto, los
autores y editoriales en España, conocen este hándicap y lo aprovechan para
difundir su literatura más allá de nuestras fronteras.
Patricia Fernández de Córdoba Robmann
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