miércoles, 25 de septiembre de 2013

¡Lee y haz que lean!

Tiene algo de chispa que en estas últimas semanas,  nos alarmemos y nos llevemos las manos a la cabeza cuando oíamos comentarios acerca del bajo porcentaje de niños de diferentes edades, que prefiere antes dirigir cochecitos y naves espaciales con su Xbox o con la nueva Play Station que coger un libro y nutrirse de todas sus historias, relatos y experiencias. Es entonces, indignados con dichos datos, cuando buscamos culpables o las causas de dicha situación hasta debajo de las piedras, sin darnos cuenta que hasta nosotros mismos, futuros  maestros, apenas leemos más de 4 o 6 libros a lo largo del año y tirando por lo alto.

Si somos nosotros quienes hemos de fomentar la lectura en niños de entre 6 y 12 años, debemos ponernos manos a la obra, enriquecernos con todo lo que un libro, un periódico, un artículo, etc. nos puede ofrecer.  Ya que, como tanto repetimos, lo más importante es predicar con el ejemplo.

Con el fomento de la lectura no sólo conseguiremos mejorar en nuestros alumnos las habilidades de lectoescritura o comprensión, si no que leer, aporta una serie de beneficios extraordinarios y que muchas
veces no somos ni conscientes de ellos. Por ejemplo, leer a menudo favorece a la ejercitación del cerebro puesto que al tratarse de una tarea de mayor complejidad, se fortalecen y se crean nuevas conexiones cerebrales. Con la lectura se mejora y aumenta la capacidad de concentración a medida que el niño incrementa su frecuencia lectora que a su vez, favorece el desarrollo de habilidades lingüísticas puesto que se aprende nuevo vocabulario, expresiones, palabras… así como su correcta utilización y, consecuentemente, se aumenta  la capacidad de retención y entendimiento de los textos, sea cual sea la materia al que pertenezcan. Así, la lectura además de fomentar la imaginación en los niños, favorece al desarrollo de la empatía ya que, continuamente, son conscientes de múltiples situaciones y aspectos cotidianos que los pequeños lectores podrán extrapolar a su día a día.


Así pues, tras comentar muchas de las ventajas que “abrir un libro” nos puede aportar, creo que hemos de ser consecuentes con lo que pensamos, criticamos y defendemos acerca de la importancia de la lectura en todo el proceso educativo. Y aparte de servir como figura de referencia, deberemos motivar a nuestros alumnos a adquirir por sí mismos dicho hábito lector y ayudarles a que supriman de sus mentes experiencias desafortunadas anteriores, y así, transmitirles el placer por la lectura.


Porque, en mi más sincera opinión, que un alumno sin recurso económico alguno y cuya principal actividad  es la mendicidad, te pida prestado  un libro entre sonrisas con el fin de leérselo a sus hermanos pequeños, es un logro inigualable.   


Yaiza Alzallú Catalán

3 comentarios:

  1. Estoy totalmente de acuerdo contigo. La lectura no es simplemente abrir un libro, tiene todas las ventajas que mencionas y que algunos desconocen. Por tanto, hemos de estar continuamente motivando a que lean y les ayudaremos a que su vida sea más enriquecedora.

    Virginia Rodríguez.

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  2. Yo también estoy de acuerdo con la reflexión que has expuesto. Como futuros docentes deberíamos promover que los padres creen pequeñas librerías para los niños en casa, para que leer sea algo habitual y placentero.

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  3. Muy buena aportación Yaiza. Creo que la lectura es un pilar básico en el desarrollo de una persona. El problema es que no se fomenta la lectura de forma adecuada. Por ejemplo: ¿por qué todos los alumnos de una clase han de leerse el mismo libro para clase de Lengua? Pienso que hemos de crear un hábito lector con otra serie de herramientas además de que el profesor debe ser un ejemplo para sus alumnos.

    Un saludo.
    Pablo Castillo García

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