viernes, 4 de octubre de 2013

Las normas del castellano



Actualmente la didáctica de la Lengua y la Literatura ha pasado de centrarse en las estructuras gramaticales a la comunicación real, ya que el objetivo principal de la misma es la recepción y transmisión de mensajes claros, es decir, comunicarnos adecuadamente. Este modelo de enseñanza, llamado comunicativo se trabaja en el área de lengua mediante la reflexión de usos concretos en diferentes situaciones de comunicación y en el área de literatura a la hora de relacionar y comprender adecuadamente los textos literarios leídos en lugar de basarse en la simple memorización de autores, obras, etc.

Pero… a la hora de hablar por teléfono con un amigo de su misma ciudad ¿El niño sevillano se expresará de la misma forma que el niño madrileño? ¿Cuál de las dos conversaciones se adecuaría más a “la norma española”?. Si nos fijamos en el modelo estándar, la mayoría respondería que el niño madrileño es “más correcto” a la hora de hablar y pronunciar, ya que estamos influenciados por la televisión y los medios de comunicación. Pero lo que mucha gente no sabe es que es igual de normativo el modo de expresión del sevillano, ya que actualmente en España existen dos normativas: la toledana y la sevillana (característico de Andalucía, donde encontramos casos de ceceo o seseo, entre otros), ambas igual de respetables y de válidas.

De este modo, es nuestra labor como maestros enseñar a los alumnos el respeto ante las dos normativas, igualmente válidas para que no sucedan casos como el ocurrido en 2009 por parte de una diputada de las Cortes al referirse al acento andaluz como “chiste” lo cual suscitó muchas críticas, lo cual no es para menos.

Finalmente dejo el enlace a un artículo de opinión escrito por Anastasia A. Romanov Mejías llamado Yo hablaré andaluz en el cual no sólo escribe sobre el hecho de 2009, sino que también comenta la aportación andaluza a la cultura española.

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