El artículo
“El rumor de los clásicos. Historias que fueron escritas para ser contadas”,
escrito por Gabriel Janer Manila nos explica que la oralidad de los cuentos
clásicos juega un papel realmente importante.
Las grandes obras literarias empezaron siendo contadas por sus propios creadores y en ellas se reflejaba la realidad de cada momento, ya sean las características de la época que se vivía o el reflejo psicológico de su autor, es decir, sus alegrías, preocupaciones, miedos…pero estas eran obras inacabadas al surgir en pueblos e ir transmitiéndose de forma oral de generación en generación, con lo que podían ser modificadas, rehaciéndose continuamente en torno a los acontecimientos que las envolvían.
Las grandes obras literarias empezaron siendo contadas por sus propios creadores y en ellas se reflejaba la realidad de cada momento, ya sean las características de la época que se vivía o el reflejo psicológico de su autor, es decir, sus alegrías, preocupaciones, miedos…pero estas eran obras inacabadas al surgir en pueblos e ir transmitiéndose de forma oral de generación en generación, con lo que podían ser modificadas, rehaciéndose continuamente en torno a los acontecimientos que las envolvían.
A continuación, destacar que a la oralidad, es un modo de transmisión de conocimientos a través de
acciones muy diversas que engloban la voz, la mirada o los gestos entre
otros, las cuales envuelven al relato en una identidad propia cada vez que se recita,
activando la imaginación del o los receptores. Cabe destacar por ello que estas
historias fueron escritas para crear una identidad común, para disfrutarlas en
sociedad, y no practicarlas como en la actualidad: sólo ante un libro y en
silencio.
Añadir que el objetivo de estos cuentos, el cual es
evadirnos de la realidad y adentrarnos en un mundo imaginario de fantasía, al
cual sólo se puede llegar con un ejercicio de abstracción que muchos adultos ya
no poseen. Es decir, se busca crear situaciones ficticias y que en cierto modo
recuperemos el niño que fuimos junto con ese mundo que anhelamos, lleno de
aventuras y de grandes descubrimientos, una serie de locuras que nos hacen
sentirnos un poco más vivos, al contrario que en la vida adulta, que todo se
vuelve más monótono, más aburrido y los problemas aumentan. No debemos olvidar
que en estos clásicos prevalece la idea del niño inocente, inocencia gracias a
la cual puede disolver las barreras de lo real y los límites, hacer del mundo
un lugar más sencillo.
Finalmente a todo ello se unen las
voces interiores que cada personaje o situación evocan en el lector, las cuales
contribuyen a construir un sentido propio en cada uno de nosotros, transportándonos
en el espacio-tiempo a lugares que sólo existen en nuestra imaginación.
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